lunes, 7 de septiembre de 2015

¿Por qué a veces nos sentimos interiormente tan vacíos?

Hace ya tiempo que el hombre siente un gran vacío interior. Hace tiempo que el hombre ha comprendido que los bienes materiales, que el hecho de estar sumergido en la sociedad de consumo, y de poseerlo todo no llena de felicidad su vida. Por suerte el hombre ha comenzado a despertar y a buscar el por qué de su vida, su misión, cómo encontrar la felicidad duradera y no la pasajera con deseos momentáneos.
 
El hombre en realidad debe ser uno con el universo pero para dar ese paso y luego de despertar, tiene que comulgar con su prójimo y comenzar a amar, amar como si fuera respirar, porque amar es vivir. Si el hombre ama cada día más su propio sufrimiento disminuirá, sus angustias, sus tristezas, su monotonía y hastío desaparecerán, porque justamente se encontrará con su pensamiento en sus hermanos y de esta manera se sanará mediante ese mismo amor.
El vacio provoca mucho dolor y el hombre vive en una inmensa incertidumbre sin poder hallar el camino hacia la dicha. Además el vacío interior es destructivo y lo que logra el hombre así es permanecer solo. Por ello primero se debe conectar el hombre consigo mismo, meditar, preguntarse qué es lo que en verdad desea, qué busca y qué podría transformar ese vacío en alegría. Encontrar una salida a ese sin sentido que posee y ver en la existencia que hay muchas maneras de vincularse con otros para encontrar así el sentido real y permanente que le otorgue bienestar, satisfacción, una sensación de alegría plena, de saber que es útil a otros y que por ende se hace bien a él mismo. No se debe paralizar cuando se encuentra vacío, sino pedir ayuda si es necesario. Utilizar la imaginación, la creatividad y ese potencial que todo hombre lleva dentro.

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